¿El tiempo está del lado del nuevo presidente de Argentina?
El presidente de Argentina, Javier Milei, lleva más de 100 días en el cargo. Ha actuado con rapidez, intentando implementar las reformas propuestas. Ha supervisado una reducción en la función pública y el gasto público.
El enemigo público número uno es la inflación. El país lleva mucho tiempo lidiando con ella. Distintas personas proponen soluciones diferentes. Milei no duda de sus propuestas políticas y está intentando avanzar con su agenda.
El gasto en el comercio minorista se ha reducido en los últimos meses.
El Congreso ha rechazado las propuestas de Milei en dos ocasiones. Milei no siente simpatía por la clase política establecida. Considera que muchos políticos han caído bajo el influjo de las fallidas políticas socialistas del pasado. Milei ha criticado a Cristina Fernández de Kirchner, presidenta de Argentina entre 2007 y 2015, por lo que considera políticas desacertadas.
¿Es Milei un líder con ambiciones dictatoriales o un político marginal con gran retórica que defiende a los desfavorecidos frente a una clase política equivocada o simplemente benefactora del statu quo? Algunos de sus críticos afirman lo primero, mientras que muchos de sus partidarios se adhieren a lo segundo.

Ha prometido deshacerse del banco central del país.
Argentina se encuentra, sin duda, en un período de austeridad. Para Milei, este período forma parte del plan. Cree que no hay alternativa a este difícil momento para transitar hacia un nuevo y mejor modelo para el país. Confía en el sufrimiento a corto plazo para obtener beneficios a largo plazo.Aunque algunos discrepan de sus opiniones, no cabe duda de que ha estudiado economía y conoce los diferentes modelos a su disposición. En teoría, esto debería ser una ventaja para abordar los problemas económicos del país. Pocos presidentes o primeros ministros en el mundo han asumido el cargo dedicando tanto tiempo al estudio de la economía.
El gobierno de Milei ha supervisado una devaluación del 50% de la moneda nacional y ha eliminado algunos subsidios al transporte. Los críticos señalan un reciente aumento de la tasa de pobreza, mientras que sus partidarios señalan el primer superávit presupuestario en más de diez años. Milei ha puesto fin a los controles de precios. Se han producido protestas públicas y ha aumentado el número de personas que visitan comedores sociales.
El partido del presidente tiene minoría en el Congreso, por lo que, si bien Milei obtuvo una victoria electoral, él y su partido deberán colaborar con el Congreso para asegurar la aprobación de su agenda. ¿Conducirá esto a una dilución de sus planes? Quizás, por necesidad, así sea. Milei argumentará que obtuvo un mandato electoral para sus reformas. Los políticos del Congreso estarán muy atentos a la opinión pública y se animarán a oponerse a las políticas de Milei si ven que la austeridad se hace sentir y la indignación pública aumenta. En este sentido, el tiempo corre a su favor.
Milei ha sido descrito como «anarcocapitalista» o libertario.
Milei irrumpió en la fiesta del Foro Económico Mundial de Davos, Suiza, con su discurso, en el que atacó al socialismo. Argumentó que el capitalismo era moralmente deseable. Milei se define como libertario y cita al profesor argentino Alberto Benegas Lynch Jr., quien define el libertarismo como “el respeto irrestricto al proyecto de vida ajeno, basado en el principio de no agresión, en defensa del derecho a la vida, la libertad y la prosperidad”. Si bien señala con acierto los fallos del socialismo, el discurso de Milei quizá exageró al centrarse en el crecimiento económico. Más controvertidas fueron sus declaraciones de que “es imposible que haya fallos de mercado” y que “regular los monopolios… destruye automáticamente el crecimiento económico”. Si bien es consciente de los excesos del socialismo, Milei podría tener una visión ciega de los excesos que pueden ocurrir en el capitalismo. En particular, no menciona los aspectos negativos de los monopolios. El tiempo apremia. Si la gente empieza a ver que la economía mejora, se sentirá más inclinada a apoyar al presidente. Si, por el contrario, la austeridad se prolonga demasiado, empezarán a buscar alternativas.
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